El acto comenzó con palabras de Fanny y la travesía vivida para su publicación. Los libros que vienen y la invitación a su lectura. Luego, palabras de el gran amigo Douglas Querales, quien hizo una apología de la historia narrada en el libro, así como muchas vivencias con Javier en el rescate del patrimonio urbanístico de Cabimas, tarea aún no concluida.
Posteriormente, música y declamaciones de los amigos de siempre, quienes llenaron la sala de emoción, recuerdos y camaradería.
Esta es parte de su herencia, infinita, bondadosa, profunda. La gente, al entrar, lo recibe el pendón que reza “El valor patrimonial de un espacio público como una plaza no esta dado por los materiales con los cuales se construye, sino por su historia”. Luego, lo recibe una rayuela hermosa, que te lleva de la tierra al cielo. Hablaron los alumnos del Liceo Andrés Bello, donde trabaja Fanny y muchos de los chicos narraron sus experiencias y sus opiniones acerca del acervo histórico y lo importante que es conocer las raíces propias.
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