El líquido cefalorraquídeo es ese cristalino y acuoso medio en el que es encuentra nuestro sistema nervioso central. Va desde el cráneo, rodeando al cerebro y a sus estructuras, para luego bajar al canal donde se encuentra la médula espinal por toda nuestra espalda. Cualquier cirugía en esas áreas puede ocasionar que algo de ese líquido quiera escapar por la herida operatoria.
La señora Juana tuvo que operarse la columna hace unos meses. Ya no podía con el dolor y recientemente se había agravado porque tuvo que levantar a su mamá que estaba encamada. El neurocirujano le dijo que ya no podía esperar más. Dos semanas luego de la misma, su hija, mientras la curaba, notó que algo salía de la herida y que estaba desarrollando fiebre.
Cuenta blanca elevada y un cultivo positivo bastó para que la internaran otra vez. Ciclos de antibióticos, nuevos cultivos y una limpieza de la herida en pabellón la mantuvieron atada a la cama por casi 4 semanas.
El cirujano debe esperar que los cultivos estén negativos. Completamente estériles. Luego proceder a reparar la duramadre. Seguir con los antibióticos otro tiempo. La mayoría de las veces son bacterias adquiridas en el hospital, así que no son "mansitas" como diríamos acá. Resistentes a varios fármacos.
Las fistulas no son frecuentes, pero cuando aparecen dan qué hacer.
Cuando la visité me contó que no volvería a levantar pesos, como le tocó con su mamá. Los antibióticos le dan un mal sabor en la boca y pesadez en el estómago y eso le quita el apetito. Sus hijas le dicen constantemente que debe comer. No la presionan. Ella esperar comer tranquila en la casa.
miércoles, 10 de agosto de 2016
La fistula de líquido cefalorraquídeo
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