De verdad, estamos viviendo una crisis sin precedentes en este rico país petrolero. Baja el precio del barril y baja la ética y la moral de las personas. Es difícil que hagamos una revolución de amor por 2 grandes razones: somos muy consumistas y no nos duele lo que no es de nosotros. El petróleo parece que nos hubiese acostumbrado a comprar todo y no hacer nada. También que nada sea reciclable, renovable, todo desechable.
En los centros de salud vemos como todo es desechable. Y se consume en muy grandes cantidades. El nivel de desechos es impresionante. Igualmente, como todo lo pone papá estado nada nos duele. Hay derroche y corrupción. Y no pensamos en cambiar este patrón. Inclusive, no pensamos que algún día ese comportamiento nos va a tocar.
Si cada día hiciéramos el mínimo esfuerzo en hacer un uso más racional de los recursos en salud, la suma rendirá grandes frutos.
miércoles, 27 de julio de 2016
Difícil está la salud
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