Este cartel aparece en un conocido restaurante franquicia de comida rápida de arepas y otras cosas en la avenida Santa Rita. Habla del gentilicio del maracaibero y de su querida ciudad. Ya yo llevo la mitad de mi vida acá, que soy de Cabimas, y la he aprendido a querer.
Hay que quererla. No desarrollar un falso regionalismo. El maracaibero ha dejado de ser gentil y colaborador en ocasiones debido a la crisis económica. Debemos rescatar el espíritu de la solidaridad.
Se ha vuelto algo tristona. La requerimos alegre y dicharachera, como dice la gaita.
miércoles, 25 de julio de 2018
Maracaibo: Capital, la ciudad del sol
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