lunes, 25 de marzo de 2019

La energía que todo lo nueve

Estos días han sido duros por el tema eléctrico. Tanto se puede decir de esté hecho que ocurrió en marzo: 5 días! Qué duro fue aquello.
Qué bueno sería aprender de eso. No sólo para evitar que se repita sino también para evitar acciones. Vimos cómo gentes sacaron lo mejor y lo peor de sí mismas. Fue duro ver un cierto canibalismo y a la vez solidaridad. Fue todo un experimento social.
En casa nos resguardamos. Se retomaron libros de papel, los juegos de mesa, cuadernos y plumas, las guitarras y desempolvé el charango. Se aprovechó para limpiar u ordenar la casa. La comida se compartió, se cocinó, se dañó, se horneó, se conservó y se consumió. Tuvimos solidaridad para la conservación de la insulina de mi esposa. Fuimos aún conocido hotel de la ciudad donde la gente invadía sus espacios con carpas y regletas para cargar sus dispositivos y solicitaban habitaciones con dólares en mano. Es hotel estaba atiborrado. Por un lado esto y por otro la gente que saqueaba locales comerciales, muchas veces no por comida, sino por puro vandalismo.
La energía que todo lo mueve es la electricidad. Mueve literalmente todo y nosotros nos hemos hecho dependientes de ella, también literalmente.
Qué lamentable es estar viviendo también la crisis de la telefonía alámbrica de CANTV en la cual se pierden por robo miles de cables. Esta forma de comunicación tan necesaria y estratégica se perdió por esta razón en muy buena parte de Maracaibo.
Muchas clínicas privadas también cerraron o tuvieron conatos de saqueos. No sabemos cómo se resguardaron los productos biológicos que requieren cadena de frío.
Esperemos no se vuelva a presentar eso. Ahora vamos con los racionamientos en la región, como otra veces ya los hemos vivido. Tenemos que aprender de ello. Es imperativo.
Virgen de Chiquinquirá, ayúdanos a aprender de esto. A ser menos dependientes, a ser más solidarios, a ser menos aprovechador, más benévolo con el colectivo, menos mezquino.