miércoles, 13 de junio de 2018

Hogar Clínica San Rafael

Hospital para patología ortopédica. Larga trayectoria en esta rama de la medicina en la región. Imagen de la capilla.

martes, 5 de junio de 2018

Maracaibo deprimida

¿Qué hacer para no caer en la desesperanza? Una pregunta que mil veces al día nos hacemos.
Salir día a día no a vivir sino a sobrevivir, como diría el conserje del edificio. Salir a buscar a Dios y encontrar los diablitos, como diría una vecina. La gente trabaja para poder subsistir. Pero actualmente el país no permite eso.
Los psiquiatras amigos, los que no han emigrado, así como los psicólogos, se sorprenden la cantidad de gente deprimida que existe y sus efectos colaterales. Familias desmembradas por la migración, ancianos solos, jóvenes solos al cuido de los ancianos, sospecha de drogadicción, drogadicción instalada, prostitución, tendencias suicidas, homicidas, personalidad antisocial y otro sinfín de trastornos detectados en las consultas, tan graves como el volcán Fuego.
¿Qué hacer para no caer en la desesperanza?
En mi trabajo escucho muchos lamentos similares, no consigo tal o cual cosa o es muy costosa, he revisado varios sitios, el catéter tal, la sonda tal, el médico Fulano me está cobrando en dólares y tanto que confiaba en él, la doctora Zutana que dice que se va y era la que le veía siempre.
Cómo país necesitamos solidarizarnos unos con otros. Cuidarnos unos de otros.
Necesitamos ocuparnos de las personas y de las cosas. El rol del buen samaritano. Pero esa angustia, que es contagiosa, nos puede crear estrés. Cuidado con eso. Es difícil no caer en ese círculo vicioso de autoagresión.
Busca 5 cosas que te hagan feliz. Hazlas. Llámalas. Vívelas. Contra la desesperanza la esperanza. Así sin más ni más.
Para mí, en este caso, es la música. Nada como acariciar las cuerdas de la guitarra o ponerla a sonar para crear un mejor clima.
Para la Maracaibo deprimida sale todos los días gente cargada de esperanza.

sábado, 2 de junio de 2018

Maracaibo incomunicada

Las formas de comunicación son varias: existen las vías y los medios. Todas están malas.
Empecemos por la telefonía. Actualmente, no hay quien no ha sido víctima de los robos de cable. La epidemia de convirtió en pandemia. Incluyendo instituciones del estado, como hospitales y bancos que se quedaron sin cableado para telefonía e internet.
Entonces, CANTV inoperativa. No sirve. No hay respuesta de ellos porque no hay divisas para reparaciones, restituciones de cableado, aparatos, módems, antenas para televisión satelital, ya no existe.
Luego siguen las operadoras de cable. Acá están Intercable y Net Uno. Ya ninguna ofrece internet. Solo el empresarial. Igual se roban los cables y el servicio cada vez es más costoso. Además, los apagones afectan el servicio.
Viene TV satelital, DirecTV hace años que ya no vende decodificadores ni antenas. Hay que comprarlas fuera.
Vienen los proveedores de Internet satelital que son excesivamente costosos. Solo pueden costearlos las empresas y los que minan criptomonedas. Entre ellos esos que llaman jugadores.
Las operadores de celulares cada vez están fatal: Movilnet es la más grave. Es del estado y las fallas son constantes. Luego Movistar y Digitel. Ya ninguna ofrece planes con más 1 Gb. Movistar eliminó todos los planes mayores de 800 MB y los datos adicionales hay que pagarlos como Extradatos. Hay regiones del estado donde la señal se acaba cuando hay un apagón, tales como La Guajira y Machiques.
Con 2 satélites en el cielo y aún así estamos incomunicados.
Si luego hablamos de las carreteras y los vehículos automotores, pasaríamos una tarde completa llorando y lamentando.
Soy partidario de que si un país está padeciendo. Sus líderes deben agotar todas las vías para resolver los problemas, deben vivirlos. Una en el plano diplomático y la otra en el plano operativo.
Para resolver el problema de la incomunicación hay que ponerlos a agarrar transporte público. Deben pagar mensualmente un plan de telefonía fija y móvil y no usar teléfonos corporativos.
Esperemos ver pronto a Venezuela nuevamente en la vanguardia comunicacional.