jueves, 21 de julio de 2011

Doblemente ganadores

Es difícil llegar a una semifinal con toda la cultura en contra. Nadie se lo esperaba. Y de paso, llegar al juego con árbitros en contra, frontales, que no sancionan debidamente (la amaurosis ante las faltas) y, cuando lo hacen, es por beneficiar al otro. Por eso, para mi, es doble triunfo: ante las expectativas, ante las burlas, ante los comentarios insanos de los mal llamados "conocedores" del deporte. Toda una lección de deportivismo, de ética, de resistencia. Para mí son héroes.

lunes, 18 de julio de 2011

Harry Potter y otras cosas,Tabuladores

hp7-2.jpgEsta semana que pasó, como la anterior, se fue volando. En el trabajo, fueron dos días seguidos actualizando tabuladores de servicio médico. Es una tarea de auditoría médica, conocer el argot, las mañas y bastante de Excel. Pudimos compartir unos almuerzos con los compañeros de trabajo. Este tipo de trabajo, donde hay que leer mucho, analizar, sintetizar, escribir informes, es muy cansón, parece que lo succionara a uno la pensadera. Quedan dos opciones: o dejar que te consuma el cansancio y te acuestas a ver TV o haces ejercicio. La mejor opción, por supuesto, es la segunda. Lo malo es que en Maracaibo hay pocas opciones para lo segundo.


El sábado coronamos con la película más esperada por mi hija y por mí: Las Reliquias de la Muerte, 2 parte, en 3D. Me encantó que mi sobrino Francisco aceptara mi invitación. La película me abstrajo en un ciento por ciento. Me sumergí en la trama tratando de recordar el libro, sus similitudes y sus diferencias. Me encantó los efectos, las actuaciones, el sonido. Estaba disfrutando de un cine que es de entretenimiento. Hay películas así: nada de ponerse a pensar que si esto que si aquello, quería, simplemente, divertirme. Pasarla bien con la familia.


Estos momentos no tienen valor. Cuando luchamos constantemente por no disfrutar lo que tenemos delante y nos perdemos en el consumismo, en lo que viene, en mañana o, qué se yo, en lo huevos del gallo, se nos va el tiempo.

martes, 5 de julio de 2011

Cómo se dice en wayuunaiki: te tengo en mi mente

Me aposté todo por una esperanza, pero no comprendía que los tiempos de Dios son diferentes a los de las personas. No sé cuántas veces me pregunté los porqués, los cómos y los qué hubiese sido. Así simplemente ocurren las cosas. No sé si guardar luto o hacer como si fueras el del poema de Aquiles Nazoa, al que, aparentemente, le hiciste mucha gala. Porque toda tu vida fue un poema. Estuvo llena de versos, metáforas, onomatopeyas y encantadora prosa. Es difícil no imaginarte al lado de alguna manifestación cultural porque pensar en ti significaba pensar en música, en literatura, en pintura, en poesía. No teníamos otro tema de conversación y así era con quienes te rodeaban. Por eso no puedo decir que no te olvidaré porque, definitivamente, no puedo sacarte de mi mente. Va a llegar un momento en que no te piense tanto, pero, para cuando ocurra eso ya no hará falta que yo te recuerde. Todos y todas lo harán. Como ya encontraste otros caminos, espero que los aproveches y estés a tus anchas, conversando con otros que querían conversar contigo y saber más de ti o, lo más probable, es que sea al contrario. Porque eras muy buen oyente, muy buen oído. Gracias por haberme dado esos detalles, por que cada vez que hablábamos era como si nos hubiésemos visto ayer. No había tiempo ni espacio. Sigue siendo luz para esa oscuridad diaria en que a veces nos sumergimos. Siempre fuiste aliado y defensor de la causa, siempre honesto, siempre auténtico, siempre grande. Porque quien es fiel a sus convicciones se hace grande. Y así siempre te vi, no sólo porque eras mayor sino porque había mucha lírica en tus palabras. Por eso te agradezco esos momentos, invaluables, memorables. Los llevo acá en mi corazón.