El tema de la crisis en salud es evidente. El modelo de la medicina curativa, que va detrás de los problemas y de rodar de recursos ya no puede sostenerse por la falta de las divisas petroleras. De esa de las que depende todo este dependiente país. No se pudo invertir en fortalecer la atención primaria y tampoco en dejar de depender tanto de las importaciones.
La crisis actual tiene mucho de "falta de" especialmente cosas materiales. Pero lo que más falta es la moral. Todo el personal de salud de hospitales y ambulatorios son, muy lamentablemente, sospechosos de robo de insumos y medicinas. Desde el personal de limpieza hasta los jefes de servicio. Ojalá fueran sólo ideas mías. Pero lo que comenta mucha gente que trabaja en los hospitales habla a favor de ello.
Se roban medicamentos de alto costo, como antibióticos muy puntuales, las albúminas y las inmunoglobulinas para los pacientes con Guillain-Barré (cambian el peso del paciente en los informes para conseguir mayores dosis), soluciones fisiológicas, kits de pabellón, por ejemplo. Entregan listados a pacientes y familiares con muchas cosas que las hay en la institución (verificado por las auditorías posteriores) y mucho de ello se revende para otros casos. Las dotaciones que envía el Ministerio se transforman en "cupos" monetariamente hablando para ciertas especialidades.
Ya sabemos que con todo este fenómeno del "bachaquerismo" hay una podredumbre a todo nivel. Pero hacerlo con la salud de la gente indica que hemos llegado a un punto en que no sabemos si vamos a salir.
Llegas al hospital y te dicen No hay esto, no hay lo otro, pero... Aquel que está allá lo tiene o lo puede conseguir en tal sitio.
La otra "falta de" es de el personal que no hace su trabajo o lo hace mal. No escribe en la historia, maltrata a los pacientes y a los familiares, hace psicoterror con el "esto es culpa de", no atiende las llamadas (los adjuntos) y deja a los internos y residentes de su cuenta, llega tarde, no cumple con los protocolos de preparación de los casos quirúrgicos, se va temprano, no atiende a los estudiantes (infinidad de causas) y muchas otras razones que, sobradamente, no es por falta de insumos.
Al hacer la revisión de los casos, cuando se complican o hay fallecimiento, vemos que los factores humanos fueron primordiales y las carencias materiales en muchas de ellas. Y es que la salud la hacemos los humanos.
Nuestros pacientes siempre buscan al médico que les habla. Que les da apoyo y les dice la verdad De Su Enfermedad. Que está pendiente de su caso, que los examina diariamente y le informa de su progreso. Eso no tiene ningún costo material y ayuda en más del 50 por ciento de su sanación.
Está bien que nos quejemos, pero denunciemos lo que está mal y no participemos en ese pandemonium del robo. Y hagamos medicina como arte que es.
domingo, 24 de abril de 2016
Crisis de salud: no hay insumos, no hay medicamentos... O no hay moral?
viernes, 22 de abril de 2016
Celebrando el día de la Tierra en Maracaibo
Este 22 de abril se celebra el Día de la Tierra para concienciarnos sobre la superpoblación. Maracaibo es una de esas ciudades que crece desmesuradamente, calentándola más y dejándola sin agua. Creo que es una parte de lo que estamos viviendo ahora, dejando a un lado un poco lo de El Niño. Desde el punto de vista arquitectónico tiene bellezas de antaño, pero las construcciones modernas son lo menos ecológicas y lógicas posibles. Pequeñas, cerradas, con dependencia total de los aires acondicionados. Esas feroces cajas de metal que consumen mucha electricidad y que arrojan calor al exterior. Todo para que estemos más enfriados que los pingüinos. Siempre he dicho que Maracaibo es la ciudad más fría que hay... Hasta que sales al aire libre.
Maracaibo es una hermosa ciudad, acogedora, cálida humanamente hablando. Pero violentamente está devorando al ambiente. Estamos en un ciclo interminable de consumo de energía y calor.
Cuando yo era pequeño no teníamos aire acondicionado. Ahora cualquier rancho tiene uno y cualquier casa o apartamento de clase media tiene hasta 3 aparatos como mínimo. Eso sin contar con toda la aparamentazón que existe: televisores computadoras, microondas, lavadoras, secadoras, tostadoras, areperas, exprimidores, cocinas, campanas extractoras, sin contar con los cargadoras de celulares, tabletas y laptops, equipos de sonido, lámparas y sistemas de Bluray y teatro en el hogar.
Pero ahora, aparte de que tenemos toda esta devoción y orgía de consumo, no caemos en cuenta de ello porque pagamos poco en relación a lo realmente debe costar. En otros países, especialmente en el viejo continente, nunca he visto tanto despilfarro como acá.
Celebrar el día de la Tierra en Maracaibo es una ironía, ciertamente. Es como celebrar el día de la gasolina o algo así, otro desastre ecológico. El contrabando de combustible es la destrucción de la Laguna de Sinamaica sin pagar impuestos.