viernes, 30 de marzo de 2018

Compartiendo con Rudy

Pude conocer a Rudy Lukamba. Fui a acompañar a mi esposa que lo había conocido en Caracas y estaba de visita en Maracaibo en el marco de unas actividades de la Cruz Roja Internacional.


Rudy es obstetra, es de El Congo, sobrevivió al Ébola haciendo uso de las prácticas ancestrales de su pueblo para manejar la enfermedad. El le había referido a mi esposa que de manera cíclica la enfermedad se presenta en las regiones africanas como una manera de controlar al hombre y su asedio a la naturaleza. Su pueblo había aprendido a reconocer esas señales y conocía cosas para mantenerla a raya. Cuando la sufrió, decía, lo trataban peor que a un perro. Le tiraban la comida de lejos y nadie quería hacer contacto con él. Las personas que estaban con él, sus compañeros de trabajo, todos murieron. El no desarrolló la enfermedad.


Cuando lo fui a ver quedé realmente impresionado. Es una persona muy alta y educada al extremo, humilde, disciplinada, respetuosa. Nosotros llegamos con retraso a la cita y cuando llegó el médico de su proxima reunión se excusó con toda la educación posible y siguió con nosotros.


Intercambiamos impresiones de la situación actual y de cómo la estábamos llevando los venezolanos. En las reuniones, contaba, sólo se oían quejas y más quejas. Hubo un momento que dijo que ya no quería escucharlas más. Esta crisis es fuerte, pero no es nada para lo que han vivido otros pueblos.


Quise venir a Maracaibo porque esta parte de América se engrana perfectamente con la parte de África donde está el desierto, cuando eran un solo continente. Pero que la mayoría del desierto quedó en África.


Dice que la gente de climas calientes es más alegre, es más afable. Al contrario, la gente de climas fríos es más triste, menos dada.


Rudy es hijo de un rey. Tenía extensiones de tierra. Cuando él falleció mucha gente fue a su sepelio. La noticia se dio por el sonido de los tambores. Eso se hace con un repiqueteo muy particular. La noticia se esparció con ese sonido. Cuando la gente llegaba le decían que las noticias decían que había muerto alguien muy importante, alguien muy querido. Al enterarse que era Michelle Lukamba, entristecieron. Otra cosa en común que tenemos es que la musicalidad está inmersa en nuestra cotidianidad. Así es África. Esa tierra amable, férrea, imponente, tiene mucha musicalidad, en la forma de hablar las personas, en las historias. La gente cuenta las cosas con canciones.


Su padre le decía siempre que no fuera un médico porque su padre quería que así lo fuera. Hazlo por la gente. Sé un médico para la gente, no para mi.


Lamentablemente no pudo verlo graduado, pero habría estado sumamente orgulloso de él.


Nos quedamos con ganas de seguir escuchando de él, de sus historias, de su forma de ver las cosas.


Pronto terminará su misión en la Cruz Roja. Ojalá pueda venir a visitarnos luego para poderles mostrar otras cosas que se quedó con ganas de conocer.