
Al igual que Farenheit 911, esta película, que habla del sistema de salud estadounidense, lo compara con otros sistemas como el de Canadá, Inglaterra, Francia y Cuba. La salud que requerimos dar a nuestros pacientes es un gasto que, sea cual sea quien lo asuma, es grande. Pero, debido a eso, esa carga no se le puede dar a la gente. Mientras haya clases sociales con diferente poder adquisitivo no podemos beneficiar a algunos y a otros no. El ejemplo está bien claro en el filme y cualquier excusa es rebatida, como siempre lo hace este cineasta, un genio moderno. Quien haya vivido una experiencia de salud sentirá muy de cerca la película. La recomiendo ampliamente a mis colegas. No basta con ser muy buen técnico a la hora de tratar y prescribir. Tenemos que conocer los costos que hay en salud. No podemos ser marionetas de los laboratorios y las compañías farmacéuticas.
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