En diciembre fuimos a ver en familia esta película con toda la expectativa del mundo porque trata el tema indígena, un tema que nos apasiona demasiado. También porque es una película que la zuliana de raíces wayúu, Patricia Velásquez, estaba promocionándola cuando fuimos a acompañar a la Fundación Wayúu tayá.
Fuimos los 4 en familia. La vivimos de principio a fin. Luego la comentamos cada uno de los detalles. Mis hijos, que están esa etapa entre final de la adolescencia y comienzo de la etapa adulta, comentaron todos los aspectos de la sexualidad, los usos y costumbres indígenas yanomami, la vida y la muerte, la supervivencia, entre otros.
Nos extasiamos con a paisajística y la fotografía. Era sacar a nuestros hijos de la rutina de las películas hollywodenses, con la carrera, el suspenso, los efectos especiales y la ilusión de que todo tiene un final feliz, dependiendo del punto de vista o del cristal con que se mire.
Vale la pena verla y conversarla, en grupo, en familia. Sólo esperamos cuando salga a la venta.
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