miércoles, 11 de diciembre de 2013

No hay peor inversión que una impresora

No sé cuantas impresoras he tenido. Desde las primeras de matriz de punto que, tal parece, son más fieles, hasta cualquier variedad de inyección de tinta, simples o multifuncionales, y de todas las marcas. HP, Epson, Canon y, recientemente, Lexmark. Alámbricas e inalámbricas. Recientemente la cosa es más cruda. Se dañan con facilidad, los cartuchos cada vez más caros y no duran nada, la tecnología de recarga no aplica a cualquier modelo, sólo unos pocos y no es "legal". Las empresas tienen políticas de reciclaje que no llegan a nuestros países. 
Por eso, debemos incentivar cada vez más, por muchas razones, usar menos impresión. Deben pedírse menos trabajos impresos para la escuela o la universidad, los informes de trabajo deben ser más para leerse en el monitor, dar más apoyo a los PDFs, y un sinfín de propuestas. El planeta y el bolsillo lo agradecerá. 

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