domingo, 27 de mayo de 2012

Historias que uno escucha... Prótesis, diabetes e infección

Un anciano que visité recientemente me contó su historia, en mi ronda de visitas. Me llamó la atención verlo solo, sin acompañante. Su motivo de ingreso fue una cardiopatía isquémica aguda. Verdaderamente se infartó, con toda su clínica florida. Pero esa situación fue más como una excusa para tratar lo más importante: una prótesis de cadera infectada. Al pasar el evento cardiovascular, pocos días, a lo sumo, los tratantes se concentraron en una fístula que tenía en la cadera y que lo atormentaba desde hace varios meses, cosa que no quería enfrentar. Él me contaba que ya desde hacía tiempo que no podía caminar, como si la prótesis ya "no le funcionara". En un principio acudió a varios traumatólogos, entre ellos, al que le había colocado el implante y todos le hablaban de volverlo a operar, cosa a lo cual temía. Y así le dio largas al asunto.
Los médicos, para esta hospitalización, comenzaron con una nueva carga de antibióticos y una limpieza quirúrgica, para finalizar retirando la prótesis, para lo cual conversó largo y tendido con el señor. En una nueva visita, el anciano ya estaba un poco resignado, pero conforme. El médico también le dijo que ahora había que esperar. La carga de antibióticos cambió por tercera vez y eran mucho más potentes. Se encontraba luchando con algo verdaderamente más fuerte que sus débiles defensas, por su edad, por su diabetes y el daño que había  hecho las bacterias previamente.
Finalmente, el paciente sucumbió a la sepsis, luego de luchar por tres semanas. Nos deja la moraleja a familiares y médicos.  A la familia para que insistamos con nuestros abuelos en buscar alternativas y mostrara interés en la salud de ellos o ellas. Luego de las evaluaciones de riesgo cardiovascular correspondientes que por su grupo etario corresponden y la diabetes, toca evaluar con imágenes el estado de el implante cuando el paciente mencionó que ya no podía caminar. A los médicos, especialmente de atención primaria, en ese mar de congestión y masificación, prender las alarmas en este tipo de casos.

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