domingo, 27 de mayo de 2012

Los juegos del hambre

Luego de la insistencia de mi hija para ver la película (ya que ella ya estaba en la lectura del segundo y tercer libro de esta saga), me puse yo también a leer estos libros. Es una tema futurista (cosa que me apasiona) y habla de rebeliones y un reality show. No es necesario hacer un preámbulo de la historia ya que muchos han visto la película. Deben de saber que son tres libros en este orden: Juegos del Hambre, En Llamas y Sinsajo. Uno continuación del otro.
La historia, aparte de interesante, intriga ver cómo imaginó la autora, un mundo en el futuro, cuando, luego de una nueva guerra de impacto, se crea un nuevo imperio y trece regiones súbditas que produce cada una un recurso o modo de producción. Algo así como el imperio norteamericano y nosotros su despensa.
Pero, desde el punto de vista médico, la autora también describe una serie de hechos que no distan mucho de la realidad: gente modificándose quirúrgicamente en una nueva estética, entendible sólo para ellos (similar a esa manía frenética de algunos de entrar al quirófano para "modelarse"), gente que se sacía en alimentos y luego vomita sólo para seguir comiendo ( trastorno que combina algo de gula y anorexia), supermedicamentos que regeneran inmediatamente, antibióticos potentes de una sola dosis y sumamente costosos, no al alcance del común (ya se ven algunos indicios, pero esa es la tendencia), prótesis e implantes casi no reconocibles de el órgano o miembro natural (situación que estudia la cibernética médica).
Hay situaciones de guerra, con heridos de diferentes causas, quemaduras, heridas por armas de fuego y iológicas, mutilaciones por explosiones, que la protagonista, su hermana y su madre tienen que enfrentar en varias escenas y las descripciones que hacen en el libro.
Hacia allí vamos. La medicina avanza en muchos campos, pero no en ser accesible para todos, sólo para el que tenga poder adquisitivo. En la historia, el imperio (el Capitolio) decide quién se puede beneficiar de estas herramientas médicas. Algo similar sucede también en la actualidad (acerca de los bloqueos a ciertos países).
Otra situación veo con preocupación actualmente en personas que se someten a cirugías estéticas para corregir lo que hizo la naturaleza. Modelan un poco el fenotipo según los cánones de belleza que nos imponen: delgadez, voluptuosidad, dureza. Pero el deseo de comer y engordar no puede ser modelado con la cirugía y vemos cómo esas personas operadas vuelven a ser como eran antes y, entonces, nuevamente pasan por la mesa operatorio a hacer "retoques". La genética se impone. Siempre lo hace.

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