viernes, 16 de noviembre de 2012

¿Y los políticos dónde se atienden?

En otras oportunidades comenté que en nuestro país convivían a duras penas dos medicinas, completamente diferentes: la pública y la privada. Aún cuando se intenta día a día cerrar la brecha y hacerla cada vez más accesible, vemos disparidades y carencias.
Hace poco dije en Twitter: para medir la calidad de la salud pública de un país sólo hay que averiguar dónde se ven los políticos. Bueno, es sólo una de las maneras, pero es muy puntual.
Los políticos, que se "esfuerzan" día a día en buscar el bienestar de la población (risas internas) deben procurar en dar el ejemplo en todo. Si se enferman deben ser pacientes, deben llevar las mismas vicisitudes de los mortales y vivir la experiencia. ¿Pero qué hacen en la vida real? Se van a las clínicas y usan el tráfico de influencias. La gente aduladora que les rodea les allana el camino también. Le dan el voto de confianza al sector privado sobre el hospital público o al ambulatorio de atención primaria.
Imaginemos que de esta manera el eterno sistema público nacional de salud se recuperará. Tenemos ejemplo de diputados, concejales, ministros y gente misma del sector que no se atiende en la pública.
La mejor medida que se ha tomado para esto fue eliminar los HCM del ministerio. Eso estaría dirigido a mejorar la plataforma. Después de allí ¿qué vino después?

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