En realidad sería época de riesgo. Para los que trabajan o han trabajado en las emergencias de los hospitales saben que éstas son épocas difíciles en el año. Parecería que las enfermedades hicieran erupción. Las crónicas se alteran: crisis hipertensivas, accidentes cerebrovasculares, infartos, cetoacidosis, los accidentes aumentan, las intoxicaciones etílicas incrementan la accidentalidad, los cirróticos, que no pueden lidiar con el alcohol, lo hacen y se complican con encefalopatía o hemorragia digestiva. Los excesos con los alimentos detonan intoxicaciones alimentarias, cólicos biliares, gastroenteritis, diarreas, enterocolitis. Con los excesos en el alcohol aumenta la violencia también.
Esta es una época de unión familiar. Se puede disfrutar sin excesos. Se pueden pasar buenos y amenos ratos sin descuidar la salud. Se puede tomar un trago o una copa sin descuidar el tratamiento. Se puede reír y celebrar sin intoxicarse o atiborrarse.
La intención de la Navidad es pasarla bien y no pasarla en un hospital.
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