viernes, 25 de marzo de 2016

Papi Jóvito, El Maestro Jóvito

¿Qué podemos decir de Jóvito Fernández? Sus hermanos le decían "Mena" porque era gordito como un becerrito ("Menachon"). Sus hijos le decían "VIllalba". El resto de La Guajiray su entorno doméstico le decían "El Maestro Jóvito" y lo decáin y lo dicen con gran afecto, con gran respeto, como de verdad se puede querer al ser que forja caracteres y personalidades. No sólo el que enseña letras y números.
Al nacer sus nietos comenzó a llamarse "Papi Jóvito" y así se quedó.
Hombre probo, honesto, para el que el valor de la palabra es tan sagrada como un papel escrito. Para el que la familiaridad y la amistad fue su forma de vida. Nadie podía unir más una causa que él.
Y fue un gran visionario. Vio que los horizontes no están hechos sino que hay que buscarlos. La educación fue su bandera y estaba convencido de que esa era la mejor estrategia. Formar hombres y mujeres de bien, no sólo  bien instruidos.
Y así vino a Maracaibo. Con un tachón y su esposa, la Mamaia que todos adoramos. Luego nacieron 3 más y fue su vida, su gran aventura cohabitar en un nuevo ambiente. Llevar sus saberes y aprender nuevas cosas. Todo lo logró con su sonrisa, con su respeto, con su amabilidad. Siempre con la verdad por delante. Y usaba la técnica del insistir hasta educar. En la repetición de las cosas para que los valores se afianzaran.
Su matrimonio fue el primero de La Guajira: Fue parte del grupo de maestros que inició el programa de Educación Intercultural Bilingüe. Formó generaciones. Unió familias. Mientras corregía exámenes,mediaba en problemas entre los clanes. Mientras impartía lecciones visitaba y estaba al tanto de toda su familia. Y nunca se despegó de su Madre Tierra Guajira. De Mma. Y enseñó a su hijos a amarla.
Podemos decir tantas cosas de Papi Jóvito, del Maestro Jóvito, Sólo podemos extender ese amor que le tenemos a las generaciones venideras con el mismo fervor de ahora.
Luchó. Siempre luchó. Contra la ignorancia. Contra los malos principios y valores. Y luego contra la enfermedad. Ahora es libre y está con Abuelillo y Abuela Olivia, con Bigote, con Vicente, con Elio y otros tantos.
Papi Jóvito, aprovecha de hacer esas tertulias con ellos. Cuéntales y ponlos al tanto. Acá continuaremos luchando con tus enseñanzas como armas. Con un bolígrafo o un lápiz. Replicando lo bueno. ¡Cuánto hace falta tantos Jóvitos Fernández que cambien este país! Te mamos y siempre te amaremos.

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