viernes, 8 de septiembre de 2017

De espaldas y dientes

Llegar a los cincuenta no viene solo. Viene acompañado de cosas conocidas, pero no deseadas. En la vida del médico se aconseja hasta la saciedad a los pacientes de esas cosas que llamaríamos achaques. Cuidarse, no hacer imprudencias para que no lleguen. Sin embargo, estamos predestinados a ello. Lo que tiene que llegar, llegará. 
Por un lado, si el paciente es diabético y lo vemos descompensado, debemos buscar algunas infección en el cuerpo, examinarlo todo y hacer los exámenes más frecuentes para ubicarlas. Los dientes es un sitio frecuente y donde poco revisamos. Hay que estar en contacto con el odontólogo y tener compensado al paciente para que trabaje en él. Si cuesta mucho compensar, dieta, ejercicios, medicamentos, hay que comenzar la insulina hasta que normalice. Logrado esto, se puede resolver el problema dental. 
Los problemas dentales repercuten en muchas cosas: digestivos, cardiacos, entre otras. Es muy importante darle a los dientes el valor que tienen. 
Como buena parte de los pacientes diabéticos son mayores, así también vemos que sus dentaduras están descuidadas y hay que hacer el trabajo educativo y de cerca con odontología para ponerlos sanos. 
Por otra parte, he tenido que lidiar con una lumbalgia mecánica difícil y dolorosa esta semana. Esa sensación de que algo se rompe en el rombo lumbar es verdaderamente desagradable. La sensación de inestabilidad al caminar, la dificultad para cambiar de posición y la inutilidad que produce estar así y no trabajar es insoportable. 
El tratamiento es lento y el reposo ha sido vital para relajar los músculos contraídos. Analgésicos, calor local y usar una faja que le dé un poco de estabilidad a la musculatura lunar han sido determinantes. Ya me vio una colega y me ha indicado hacerme imágenes y la orden para que me vea el especialista de los huesos. 
Ya llegó el viernes y el dolor ha disminuido casi un 60 por ciento y es un alivio grande. Hay que cuidarse más la espalda, menos silla, más ejercicio, menos barriga, mayor cuidado al hacer esfuerzos. 
La mañana de hoy amanecimos con una lluvia torrencial, inundó las calles y hubo poca afluencia en los trabajos. Al leer que otros están padeciendo terribles fuerzas de la naturaleza, en todo el Caribe, con Irma y el terremoto en México pienso que mi espalda no es nada. Y doy gracias a Dios por ello. Y pido a Dios que no siga la furia. 

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