Amar es escuchar

Una de las cosas que me permite el trabajo administrativo es que no limito el tiempo de los pacientes. En una consulta habitual hay una tiempo para cada paciente. En la oficina el tiempo es de ellos. De verdad, es impresionante como cada vez que se sientan frente a mí me dicen: "Perdone que le quite su tiempo" y yo les respondo: "Mi tiempo es para ustedes".
Hoy precisamente me vino a ver la viuda de quien fuera mi mentor y a quien tengo que dedicarle un post bien largo. Ella me habló de su problema de salud y me abrió su alma. Los médicos debemos sentirnos privilegiados cuando un paciente nos desnuda su alma. Recordamos algunos momentos de su esposo. Las amistades, sus cosas, sus ideas. Fue un poco más de una hora de conversa y siempre me decía "Para no quitarte más tiempo".
Ayer también me visitó un tío de mi esposa que vive en Carrasquero a las 4 y tanto de la tarde. Tarde y lejos. Le atendí gustosamente. Los tíos de mi esposa también son mis tíos. Al final lo dejé por las Playitas que iba a comprar unos plátanos para llevarse a su casa. Otra forma de escuchar.
Ahora en la tarde estaban pasando la película "Héctor en busca de la felicidad". En esas reglas que Héctor buscaba para ser feliz, una de ellas era, precisamente "Escuchar es amar".
Escuchar a nuestros pacientes es lo más mínimo que podemos ofrecerle a los pacientes. Y no es simplemente oírlos. Es atender y descifrar lo que nos están contando. Analizarlo, atar cabos. A veces me resulta un poco difícil porque soy un soñador y a veces me pierdo en mis pensamientos, pero lo logro. Es algo que hay que practicar.
En la casa hay que escuchar a la pareja, a los hijos. En el barrio escuchar a los vecinos. En el trabajo escuchar a los compañeros. Es todo un arte porque no es solo oír. Es entender. Es ponerse en las cotizas del otro.
Siempre puedo percibir lo mucho que obra en el paciente que lo escuchen. Si aparte de eso le das recomendaciones, una prescripción, una nota para otro especialista que se encargue de su caso, haz logrado mucho. Por eso, escuchar es un don que el médico tiene, que debe fortalecer y que no debe perder.