viernes, 3 de junio de 2011
¿Cómo sé si soy hipertenso o hipertensa?
Mucha gente habla de la tensión como si se tratara de un síntoma. La hipertensión o "presión arterial elevada" es una enfermedad claramente tipificada que, puede o no, tener síntomas. Cuando los pacientes dicen "creo que se me subió la tensión" o "debo tener la tensión alta porque ..." se refieren a que se sienten mal por algo que "puede" ser la tensión.
Lamentablemente, la gran mayoría de los nuevos hipertensos no sienten algo. No hay nada que les alerte porque ha sido todo un proceso que se ha instalado progresiva e insidiosamente. Y el organismo se adapta a esas cosas.
La presión arterial es un mecanismo de nuestros sabio organismo para garantizar que llegue sangre a los órganos del cuerpo, a cada rincón de ese ecosistema orgánico que tenemos. Lo regulan una serie de hormonas, que halan cada uno por su lado, por así decirlo, que, interactuando, abren o cierran el chorro. Lo demás son factores que alteran a estas hormonas: sal, nicotina, estrés, alimentación, herencia, etc., etc. Y un sinfín de etcéteras.
Si necesitamos llenarle una planilla a una persona para decir si es o no hipertenso o hipertensa, decimos:
1) ¿En la entrevista: tiene usted herencia de esta enfermedad?, ¿se ha sentido mal últimamente? ¿Cómo es su alimentación? ¿Hace ejercicios? ¿Su ritmo de vida? Así uno puede hacerse una idea de cómo es su estilo de vida.
2) La prueba de oro: tomar la presión con el esfigmomanómetro o tensiómetro. Utilizado los criterios ya conocidos del JNC, el europeo, el de la Sociedad Latinoamericana, etc., podemos clasificar al paciente como normal, prehipertenso o hipertenso (a). Este aparato es el "gran delator".
¿Tienes preocupación por saber si eres o no? Tómese la presión con el tensiómetro, varias tomas, y tendrá certidumbre. Una sola medida o una medida que se hizo en el pasado no puede decirle que tampoco lo será. Conociendo de antemano esa cifra, recordándola en la memoria o escribiéndola en un papelito será de utilidad más adelante.
Recomenzando
Otro tópico es la diabetes y otros serán acerca de los accidentes, ya que representan las principales causas de morbimortalidad.
Enviado desde mi iPad
jueves, 28 de abril de 2011
Mitos de la salud: tengo una tensión emocional
Cuando una persona, familiar o conocido, que su tensión es emocional, hay que pensar que sus mecanismos de regulación endocrina y hemodinámica se están perdiendo. Esto, dirigido a los colegas. Para los pacientes, siempre les digo que cuando la emoción ya le hace subir la tensión ya hay que actuar y se deben comenzar a hacer cambios en la vida, porque es un hipertenso novato.
sábado, 16 de abril de 2011
Cuando los médicos se convierten en negociantes
En mi trabajo diario, que tiene que ver con costos en la salud, me queda claro un detalle: la salud puede ser gratuita, pero tiene un costo.
Me toca conversar con pacientes, familiares, colegas y proveedores de artículos médicos como implantes, prótesis, órtesis, de todo tipo y para cualquier parte del cuerpo. Sin duda son objeto de deseo, no sólo por lo que aportan para la salud, sino por su costo. Su precio aumenta con el dólar y está sujeto a ese mercado siniestro.
La cosa cambia cuando los colegas y las colegas tienen que negociar con estos objetos. Piden comisiones a los proveedores que pueden ir del 5 al 25%, redundando esto en el precio final del producto. ¿Y quién lo paga? Pues, el paciente. Médicos y proveedores se mueven en una danza de regateos, quién da más. El que ofrezca más es la prótesis o el implante escogido. El paciente, en su desesperación por recuperar la salud, no entiende de estas cosas. El colega sólo le dice: “este es el mejor” o “yo trabajo con esta casa”. Unos se atreven a negociar directamente con el paciente refiriendo que ellos le ponen el implante, sin decirles que, en su valor está implícita su ganancia.
No podemos generalizar en que todos son así. Existen colegas que no se prestan para eso ni proveedores tampoco. Esa confianza las recompensan con otros detalles, congresos, alojamiento, pasajes, objetos, etc. Así es la danza, buena o mala, no soy quién para juzgarla. Lo que no está bien es recargarle los costos a los pacientes y a sus familias, quienes muchas veces tienen que empeñar el alma en adquirir el implante.
En la película And the band played, drama que narra el origen de la epidemia de SIDA, hay una parte en que un médico, decidiendo sobre aplicar o no la prueba de hepatitis B en los bancos de sangre, el consejo dictó un no por lo altos costos que ello implicaba, dijo: “Cuando los doctores actúan como hombres de negocio adónde puede ir la gente en busca d médicos”.
Las calles de Maracaibo

La más congestionada: Delicias. Tal vez por la gran cantidad de negocios que hay en sus orillas.
La peor: quedan empatadas la vía al aeropuerto (en el tramo del Metro) y Los Haticos. Ambas son terribles. La primera es una suerte de montaña rusa, pésimamente construida. La segunda, que pudiera ser un maravilloso boulevard, con vista al lago, es una terrible hondonada.
Imágenes vía skyscrapercity.