De verdad, estamos viviendo una crisis sin precedentes en este rico país petrolero. Baja el precio del barril y baja la ética y la moral de las personas. Es difícil que hagamos una revolución de amor por 2 grandes razones: somos muy consumistas y no nos duele lo que no es de nosotros. El petróleo parece que nos hubiese acostumbrado a comprar todo y no hacer nada. También que nada sea reciclable, renovable, todo desechable.
En los centros de salud vemos como todo es desechable. Y se consume en muy grandes cantidades. El nivel de desechos es impresionante. Igualmente, como todo lo pone papá estado nada nos duele. Hay derroche y corrupción. Y no pensamos en cambiar este patrón. Inclusive, no pensamos que algún día ese comportamiento nos va a tocar.
Si cada día hiciéramos el mínimo esfuerzo en hacer un uso más racional de los recursos en salud, la suma rendirá grandes frutos.
miércoles, 27 de julio de 2016
Difícil está la salud
miércoles, 29 de junio de 2016
Los que se van
Todos hemos vivido la experiencia de vivir que alguien se va. Alguien muy nuestro. Ese ser que está en nuestras entrañas y que, al partir, nos causa un dolor indescriptible. Sea la causa que fuere, un cáncer, un accidente, una enfermedad cardiaca. Pareciera que hubiese épocas en que varios se van. Todas las partidas son dolorosas. Hay tristeza por doquier. Y es que hay algunas, de cierta manera, esperadas, pero hay otras tan incongruentes que quedamos perplejos ante el absurdo. No estamos preparados para es. El médico nunca se acostumbra. El médico no debe perder la sensibilidad y la humanidad cuando ocurren, ni siquiera en el seno familiar o en nuestro círculo social. Siempre pega.
De los que se van, los sentimos, los lloramos, los recordamos, y aprendemos de ellos. De lo que vivimos, pero también de la enfermedad que padecieron. Si fue prevenible, si fue irremediable. Sea o no familia siempre pensamos en lo que se hizo y en lo que no que no se hizo.
Inclusive, aún sabiendo que, al partir vamos a un lugar mejor, es doloroso desprenderse. Del enlace. Del vínculo. Romperlo es doloroso y triste.
Por aquellos que han partido mi oración, mis lágrimas, mi sentimiento. Es difícil sentir lo que siente el que tiene la pérdida. Uno trata de sentir empatía porque también uno ha tenido ese dolor. Cada quien lo vive a su modo y no tenemos ningún aparato que lo mida.
Los que se van quedan en nuestro recuerdo, en nuestro corazón. Definitivamente, no se van. Se quedan en el aire, en las cosas.
martes, 21 de junio de 2016
Consumo de proteínas deficiente
lunes, 16 de mayo de 2016
La cepre
sábado, 14 de mayo de 2016
4 horas sin luz
Nuestra vida se ha hecho muy dependiente de la electricidad. Escasos minutos sin ella nos afecta grandemente. Con eso de El Niño los río se secan y las represas no andan. Lo malo es que sólo tenemos una y es mollejúa. Se llama El Guri y está allá en el Estado Bolívar, bien lejos de Maracaibo. Los que han ido allá dicen que es impresionantemente grande. Nunca hubiéramos pensado que esa represa tan grande, tan llena de agua, nos dejara así como así. Es malo confiarse.
Actualmente se está haciendo racionamiento de electricidad por períodos de 4 horas diarias. A diferentes horas del día. ¿Qué podemos hacer en esas 4 horas? Aparte de reflexionar cómo es que nos hemos hecho tan dependientes de ella, claro.
Si es de día, aprovechando la luz natural, podemos hacer varias cosas.
Leer, hacer ejercicios, coser un botón, aprender algo, como tocar un instrumento (no eléctrico, claro) , conversar en familia, leer La Biblia, discutirla, limpiar algo, ordenar, arreglar.
Si es de noche, tocar un instrumento, conversar, echar chistes, jugar algo a la luz de la vela, cantar, bailar o aprender a bailar, mirar las estrellas.
Mientras llega el próximo período podemos idear qué otras cosas podemos hacer.
domingo, 1 de mayo de 2016
Recetando genéricos sentencia el TSJ
Una nota reciente es que el TSJ, el poder judicial, insta a los profesionales de la medicina a que prescriban POR principio activo, como debe ser. Diariamente tengo que ver prescripciones, órdenes médicas e informes y veo que más de la mitad de las mismas es por nombre comercial. También, parte del peregrinaje de la gente por las farmacias tiene que ver con la búsqueda de la "marca", según me dicen los auxiliares. Los médicos tenemos la marca en la cabeza y así se la transmitimos a la gente. Y ya saben quién nos la tramitió a nosotros.
Como disciplina, dedíquese a echar una repasadita del libro de farmacología, conozca los principios activos de sus principales medicinas, así tengan nueve sílabas.
Ya el Ministerio había decretado cómo hay que recertarse. Tenía que venir el poder judicial para obligarnos. Habrá que ver en la práctica cómo se va a comportar esto.
Haga una prueba. Haga un ejercicio. Es marcas que tiene tan arraigadas en el cerebro busque su nombre farmacológico y revíselo en el Goodman y Gillman. No en la guía farmacéutica. Actualice su información del libro o de las revistas con menos sesgos que se pueda. No con el visitador (perdón a mis amigos visitadores). La farmacología es una asignatura y una ciencia hermosa. Esto lo digo en el nombre de la buena práctica médica. Esto no tiene que ver con política.
Todos los países verdaderamente preocupados por sus sistemas de salud hacen valer esta política, que no sólo hace que se vendan a la marca, sino que se hace ahorro considerable en las compras.
Y parte de ese lavado de cerebro está en malignizar a los genéricos. Que no tienen la misma calidad, que no son iguales, etc. Y cada quien tiene sus "experiencias" que, como anécdotas que son, no tienen validez científica hasta que hagamos algo con ellas y las sistematicemos. Podemos críticar el control de calidad de algunos laboratorios, pero no podemos cuestionar la expectativa que nos ha vendido la marca.
Así que... A recetar como debe ser. Como os enseñó el profe de farmacología que tanto odiábamos... O queríamos.
domingo, 24 de abril de 2016
Crisis de salud: no hay insumos, no hay medicamentos... O no hay moral?
El tema de la crisis en salud es evidente. El modelo de la medicina curativa, que va detrás de los problemas y de rodar de recursos ya no puede sostenerse por la falta de las divisas petroleras. De esa de las que depende todo este dependiente país. No se pudo invertir en fortalecer la atención primaria y tampoco en dejar de depender tanto de las importaciones.
La crisis actual tiene mucho de "falta de" especialmente cosas materiales. Pero lo que más falta es la moral. Todo el personal de salud de hospitales y ambulatorios son, muy lamentablemente, sospechosos de robo de insumos y medicinas. Desde el personal de limpieza hasta los jefes de servicio. Ojalá fueran sólo ideas mías. Pero lo que comenta mucha gente que trabaja en los hospitales habla a favor de ello.
Se roban medicamentos de alto costo, como antibióticos muy puntuales, las albúminas y las inmunoglobulinas para los pacientes con Guillain-Barré (cambian el peso del paciente en los informes para conseguir mayores dosis), soluciones fisiológicas, kits de pabellón, por ejemplo. Entregan listados a pacientes y familiares con muchas cosas que las hay en la institución (verificado por las auditorías posteriores) y mucho de ello se revende para otros casos. Las dotaciones que envía el Ministerio se transforman en "cupos" monetariamente hablando para ciertas especialidades.
Ya sabemos que con todo este fenómeno del "bachaquerismo" hay una podredumbre a todo nivel. Pero hacerlo con la salud de la gente indica que hemos llegado a un punto en que no sabemos si vamos a salir.
Llegas al hospital y te dicen No hay esto, no hay lo otro, pero... Aquel que está allá lo tiene o lo puede conseguir en tal sitio.
La otra "falta de" es de el personal que no hace su trabajo o lo hace mal. No escribe en la historia, maltrata a los pacientes y a los familiares, hace psicoterror con el "esto es culpa de", no atiende las llamadas (los adjuntos) y deja a los internos y residentes de su cuenta, llega tarde, no cumple con los protocolos de preparación de los casos quirúrgicos, se va temprano, no atiende a los estudiantes (infinidad de causas) y muchas otras razones que, sobradamente, no es por falta de insumos.
Al hacer la revisión de los casos, cuando se complican o hay fallecimiento, vemos que los factores humanos fueron primordiales y las carencias materiales en muchas de ellas. Y es que la salud la hacemos los humanos.
Nuestros pacientes siempre buscan al médico que les habla. Que les da apoyo y les dice la verdad De Su Enfermedad. Que está pendiente de su caso, que los examina diariamente y le informa de su progreso. Eso no tiene ningún costo material y ayuda en más del 50 por ciento de su sanación.
Está bien que nos quejemos, pero denunciemos lo que está mal y no participemos en ese pandemonium del robo. Y hagamos medicina como arte que es.