En estos tiempos que corren es impresionante ver cómo personas que no llenan el "perfil" se apoderan de cargos sólo por tener un "estilo". Vemos cómo en un departamento el jefe viene a ser un incondicional del más alto, que tiene verbo y convicción, tiene alianzas y empuje, pero no conoce ni ápice de lo que se debe conocer para ocupar ese cargo. Lo vemos en todas las instancias gubernamentales. Ya no se elige a las personas por el rol que van a desempeñar, sino por la afinidad. ¿Será que por eso vemos tanta disfuncionalidad en la administración pública?
Pasamos la vida formando a nuestros hijos a ser los mejores, a ser verdaderamente humanos, solidarios, capacitarse y especializarse. Pero llegan a sitios donde los que encabezan la cosa no han tenido esos mismos valores. Se supone que esas situaciones deben cambiar, ahora en estos tiempos que corren.
Debemos luchar contra estas cosas, contra la mediocridad, poner el cerebro y el corazón al frente. Mil disculpas por decir las cosas tan genéricamente, pero, muchos me entienden.
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