domingo, 4 de septiembre de 2011

Viajando a Ríohacha, la Guajira colombiana

Imagen873 Hace poco realizamos un corto viaje a la capital de La Guajira colombiana por tierra, con mi familia. La experiencia fue muy provechosa para todos, aparte de que viajar enriquece en muchas cosas, fue una experiencia muy grata. El primero paso para viajar en carro fuera del país es solicitar una inspección a la Dirección de Tránsito Terrestre, en Maracaibo ubicada en la C2. Hay que levar el vehículo a revisión con los documentos originales. Se paga un depósito bancario de Bs. 50. Copia de cédula y copia del registro del carro. La Dirección entrega un papel que sirve de permiso para sacar el carro.

Al llegar a la raya, en Paraguachón, se supone que deben exigir este documento, pero, a algunos sí y a otros no. Al pasar la raya, del lado colombiano se requiere sacar la carta andina, que es el permiso para circular por el país, y el permiso para el carro. El primero se saca en el DAS, con la cédula (no se requiere pasaporte). Se debe decir cuántos días se estará en Colombia y una dirección donde van a estar. Se hace una cola que camina rápido y entregan un papel firmado y sellado. Es personal y se hace con un captahuellas. Luego, hay que ir al DIAN (Dirección de Impuestos y Aduanas de Colombia) que está al frente. Unos paisanos que están allí colaboran por propinas sacando el serial del carro que se pone en el permiso. Lo hacen con cinta adhesiva. Se requiere copia del permiso o revisión que entregó Tránsito Terrestre, la carta andina y copia de cédula. Entregan una hoja firmada y sellada, con el serial copiado en el dorso y da un tiempo para circular de acuerdo al tiempo de estancia especificado en la carta andina. Todos estos trámites son gratuitos. Lo único que hay que pagar es un seguro para el carro que vale 83 mil pesos (un equivalente a 190 Bs.). Lo del seguro se hace aparte, en una oficina que está cerca del DAIN.

Luego hay que cambiar los bolívares en pesos, que el cambio varía según la época. Es importante conocer cómo se hace la conversión para futuras transacciones.

Al tener todo esto arrancamos a Ríohacha por la vía de Maicao. Allí se pueden comprar algunas provisiones, principalmente etílicas, porque los precios de este rubro allí están mejor.

Finalmente, en una hora, se llega a Ríohacha, capital del Departamento de La Guajira. Hay que probar el arroz de coco, el arroz de camarones, el ovejito en todas sus formas y el pescado en todas sus variantes. Hay buenos hoteles, la gente es muy amable y dispuesta. Es necesario conocer la playa, el boulevard y ver los bolsos wayúus, los susú, caminárselo todo y disfrutar la brisa.

Espero volver y recorrer lo que nos falta.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Leer en medicina

Es inevitable que en medicina se tenga que leer tanto. Leer y practicar. Pero en la lectura debe hacer interpretación y pasión por lo que se lee. La acción y el alma del acto médico viene de una buena disciplina de lectura.
Enviado desde el móvil

domingo, 21 de agosto de 2011

Qué vaina con la ampicilina

Cuando yo estaba más joven, estudiando medicina, veía como la gente se recetaba penicilina para cualquier dolor de garganta. Para los más temerosos de las inyecciones, la alternativa era la tetraciclina de marca o la eritromicina de marca de la época. Posteriormente surgieron otras opciones, pero, una de ellas que ha quedado marcada en la mente y en la tradición de los zulianos es la tristemente célebre ampicilina. Sólo hay que quedarse una hora en una farmacia (buscando pretexto para estarlo, por supuesto) y ver cómo llega cualquier imberbe comprándose una "ampicilia para el dolor de garganta" como si fuera la cura absoluta de todos los males. Y es que esa creencia no sé de cuándo vendrá, de los abuelos posiblemente, que, en su momento, fue la maravilla. Es necesario enseñar en la escuela desde ya, como asunto de estado, que la ampicilina ya no sirve. Yo creo que los laboratorios la siguen expendiendo en lotes porque, como sucede con los blackberris, allá hay gente que la sigue utilizando no sabemos porqué, pero se vende. Y es un asunto de estado porque bien sabemos lo que es la resistencia bacteriana y cómo los microorganismos se ríen de nuestras armas cuando hallan la manera de contrarrestarla. Yo creo que cuando los virus, que son la mayoría de los que causan las faringitis, y las bacterias que colonizan nuestra boca y garganta ven una cápsula de ampicilina entrando y llegando al torrente sanguíneo se mueren, pero de la risa. Lo más triste de todo es que la que sale ganando es la sugestión porque, cuando la cosa mejora, por supuesto por obra y gracia de nuestras maravillosas defensas, leucocitos y anticuerpos y esas sustancias que producen, le prodigamos poderes milagrosos, a pesar de que se han tomado sólo tres cápsulas en dos días. Ni siquiera la dosis correcta.
También está en nosotros, como médicos, educar a las madres, a las abuelas, que no le pidan al farmacéutico la dichosa capsulita ni ningún otro "combiótico" para el hijo o el nieto y que le saquen esa idea de la cabeza a la familia: "Tomáte una ampicilinita que eso te tumba el catarro". Por Dios, señora, señor, amigo, no lo haga. Sólo el médico dirá, según criterios bien basados a qué infección prescribirá esa ampicilina que usted tanto desea o cualquier otro antibiótico que esté en su angustiosa mente.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Algunas personas ...

Algunas personas, especialmente aquellas que dicen: "pero siempre se ha hecho así", deben preguntarse si de verdad son correctas. Contínuamente hay que cuestionar todo lo que hacemos y mirar si vamos por el camino correcto.

Enviado desde mi Nokia

jueves, 21 de julio de 2011

Doblemente ganadores

Es difícil llegar a una semifinal con toda la cultura en contra. Nadie se lo esperaba. Y de paso, llegar al juego con árbitros en contra, frontales, que no sancionan debidamente (la amaurosis ante las faltas) y, cuando lo hacen, es por beneficiar al otro. Por eso, para mi, es doble triunfo: ante las expectativas, ante las burlas, ante los comentarios insanos de los mal llamados "conocedores" del deporte. Toda una lección de deportivismo, de ética, de resistencia. Para mí son héroes.

lunes, 18 de julio de 2011

Harry Potter y otras cosas,Tabuladores

hp7-2.jpgEsta semana que pasó, como la anterior, se fue volando. En el trabajo, fueron dos días seguidos actualizando tabuladores de servicio médico. Es una tarea de auditoría médica, conocer el argot, las mañas y bastante de Excel. Pudimos compartir unos almuerzos con los compañeros de trabajo. Este tipo de trabajo, donde hay que leer mucho, analizar, sintetizar, escribir informes, es muy cansón, parece que lo succionara a uno la pensadera. Quedan dos opciones: o dejar que te consuma el cansancio y te acuestas a ver TV o haces ejercicio. La mejor opción, por supuesto, es la segunda. Lo malo es que en Maracaibo hay pocas opciones para lo segundo.


El sábado coronamos con la película más esperada por mi hija y por mí: Las Reliquias de la Muerte, 2 parte, en 3D. Me encantó que mi sobrino Francisco aceptara mi invitación. La película me abstrajo en un ciento por ciento. Me sumergí en la trama tratando de recordar el libro, sus similitudes y sus diferencias. Me encantó los efectos, las actuaciones, el sonido. Estaba disfrutando de un cine que es de entretenimiento. Hay películas así: nada de ponerse a pensar que si esto que si aquello, quería, simplemente, divertirme. Pasarla bien con la familia.


Estos momentos no tienen valor. Cuando luchamos constantemente por no disfrutar lo que tenemos delante y nos perdemos en el consumismo, en lo que viene, en mañana o, qué se yo, en lo huevos del gallo, se nos va el tiempo.

martes, 5 de julio de 2011

Cómo se dice en wayuunaiki: te tengo en mi mente

Me aposté todo por una esperanza, pero no comprendía que los tiempos de Dios son diferentes a los de las personas. No sé cuántas veces me pregunté los porqués, los cómos y los qué hubiese sido. Así simplemente ocurren las cosas. No sé si guardar luto o hacer como si fueras el del poema de Aquiles Nazoa, al que, aparentemente, le hiciste mucha gala. Porque toda tu vida fue un poema. Estuvo llena de versos, metáforas, onomatopeyas y encantadora prosa. Es difícil no imaginarte al lado de alguna manifestación cultural porque pensar en ti significaba pensar en música, en literatura, en pintura, en poesía. No teníamos otro tema de conversación y así era con quienes te rodeaban. Por eso no puedo decir que no te olvidaré porque, definitivamente, no puedo sacarte de mi mente. Va a llegar un momento en que no te piense tanto, pero, para cuando ocurra eso ya no hará falta que yo te recuerde. Todos y todas lo harán. Como ya encontraste otros caminos, espero que los aproveches y estés a tus anchas, conversando con otros que querían conversar contigo y saber más de ti o, lo más probable, es que sea al contrario. Porque eras muy buen oyente, muy buen oído. Gracias por haberme dado esos detalles, por que cada vez que hablábamos era como si nos hubiésemos visto ayer. No había tiempo ni espacio. Sigue siendo luz para esa oscuridad diaria en que a veces nos sumergimos. Siempre fuiste aliado y defensor de la causa, siempre honesto, siempre auténtico, siempre grande. Porque quien es fiel a sus convicciones se hace grande. Y así siempre te vi, no sólo porque eras mayor sino porque había mucha lírica en tus palabras. Por eso te agradezco esos momentos, invaluables, memorables. Los llevo acá en mi corazón.