lunes, 10 de junio de 2013

Libro: El Médico por Noah Gordon

He leído hace poco el libro El Médico por Noah Gordon. Es el emprimo de una trilogía donde le sigue Chaman y La Doctora Cole. Este libro habla del primero de la larga familia de médicos que empiezan en la antigua Inglaterra, que, siendo cristiano, debe hacerse pasar por judío para poder aprender medicina del mismo Avicena, el príncipe de los príncipes en este arte. El libro es hermosamente bueno y arte muy buenas perlas, como éstas:

“los condenados médicos, seres infatuados y que atienden a la gente bien nacida por afán de lucro.”


“Resulta más difícil mantener asida la vida y aun más difícil aferrarse a la salud. Esas son las tareas a que debemos dirigir nuestras mentes.”


“Es curioso, pero un hombre abierto apesta mucho más que cualquier animal abierto —comentó Barber.”


“Sostener un alma humana en la palma de tu mano, como si fuera un guijarro. ¡Sentir que a alguien se le escapa la vida pero que con tus actos puedes devolvérsela! Ni siquiera un rey tiene tanto poder.”


“¿Qué significará un trabajo más arduo que no tienes la seguridad de que te va a proporcionar riqueza?”


“Me digo a mi mismo que algunos pacientes podrían salvarse si yo supiera más.

"Y aunque estudiaras medicina durante más de una vida, acudiría la gente cuyas enfermedades son misterios, porque la angustia que mencionas es parte integrante de la profesión de curar, y hay que aprender a vivir con ella”


 “A su manera, el estudio de la medicina era algo que amar, a falta de una familia”


“Un hueso roto, una herida abierta, un doliente al que sé cómo tratar para que se ponga bien. Lo que aborrezco son los misterios. Las enfermedades sobre las que no sé nada, o de las que sé menos que quienes las padecen”


“En realidad no sé nada, pero soy el único al que pueden acudir los pacientes.”


“La mayoría de los boticarios de la ciudad son unos cabrones corruptos, capaces de vender un frasco de orines y jurar que es agua de rosas.”


“Siempre debemos recordar este detalle acerca de los enfermos que están a nuestro cuidado. Acuden a nosotros pero no se convierten en nosotros, y con mucha frecuencia no comen lo que nosotros comemos. Los leones no paladean el heno cuando visitan al ganado.”


“A lo largo de los años he hablado con otros médicos que comparten esta intuición, y somos una hermandad más numerosa de lo que tú imaginas. Pero nunca conocí a alguien en quien el don fuese tan potente como en ti. Es una responsabilidad, y para estar a su altura deberás convertirte en un excelente médico.”


“La ciencia y la medicina se ocupan del cuerpo, mientras la filosofía trata de la mente y del alma, tan necesarias para un médico como la comida y el aire”


“Pero no debes temer que el aprendizaje se convierta en una parte de ti mismo, de modo que te resulte tan natural como respirar. Tienes que expandir tu mente lo suficiente como para que asimile todo cuanto podemos transmitirte.”


“Si lo deseas, debes castigarte a ti mismo en beneficio del aprendizaje, buscar las ventajas que reporta alcanzar el nivel de los otros aprendices y sobrepasarlos. Tienes que estudiar con el fervor de los bendecidos o de los condenados.”


“el pulso ha demostrado ser “el mensajero que nunca miente”


“A medida que transcurrían las estaciones, un solo detalle permaneció constante: el sentido complementario, la sensibilidad de sanador, nunca le abandonó. Tanto si cabalgaba en solitario en medio de la noche para acercarse al lecho de un enfermo, como si por la mañana entraba deprisa en el atestado dispensario, siempre sentía el dolor del prójimo. Sin detenerse ante nada para combatirlo, nunca dejó de sentir”




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