Mi extraña sensación es que todo lo que tú ofreces debe ser barato, pero cuando te toca comprar es caro. También lo digo por los que trabajan acá y por otras cosas.
Vale la pena conocerla. Es uno de esos sitios del planeta que es bueno conocer y caminar. Es de caminarla calle a calle. Probar sus sabores, conversar con la gente, ver la diversidad de casas y preguntarse la infinidad de historias que habrán ocurrido. Todo el mundo te ofrece cosas: pulseras, comida, paseos, sombreros, se atraviesan en tus fotos. Esos si, las fotos quedan espectaculares, con efectos propios del sitio. Uno ve las fotos y dice qué pasó aquí.
Veamos qué otras nos conseguimos más adelante.
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